
La tiroides es una glándula ubicada en el cuello, justo arriba de la clavícula. Es una de las glándulas endocrinas encargada de producir las llamadas hormonas tiroideas. Estas se ocupan de controlar el ritmo de muchas actividades del cuerpo, además de incluir la velocidad con las que se queman las calorías y del ritmo de latidos del corazón. Tiene una función imprescindible en el metabolismo de cada organismo: además de lo ya comentado, es necesaria para el crecimiento y el sistema nervioso depende de ella para su correcto funcionamiento.
¿Qué significa “sufrir de tiroides”?
Hay diferentes patologías que podemos asociar a esta frase. Desde un agrandamiento de la tiroides, el hipertiroides (es decir, cuando la glándula tiroides produce más hormona tiroides de lo que el organismo necesita), el hipotiroidismo (cuando no se produce suficiente hormona), tiroiditis (hinchazón de la tiroides) o nódulos en la tiroides.
Dependiendo del caso, los síntomas y el tratamiento serán unos u otros. Normalmente solemos hablar de hipertiroidismo, que conlleva un nerviosismo excesivo, una mala tolerancia al calor, un adelgazamiento importante a pesar de tener un apetito que va aumentando y un cuadro de cansancio que no se puede asociar a ninguna causa apreciable. Por ejemplo, las personas mayores son más propensas a sufrir el llamado hipertiroidismo apático.
Los casos de hipotiroidismo también son muy frecuentes. Uno de los principales inconvenientes es basa en que los síntomas son leves y se suelen confundir con otras causas, por lo que el problema suele pasar inadvertido. En el caso de los niños, este problema se estudia rápidamente ya que se observa un crecimiento muy enlentecido.
Es importante destacar que estas enfermedades asociadas a la tiroides son mucho más frecuentes entre mujeres. Además, la posibilidad de sufrir una de ellas aumenta con el paso de los años.